miércoles, 25 de noviembre de 2015

Invento del infierno

Por aquello de respetar su intimidad no colgaré las fotos de la gente que vino a celebrar Acción de Gracias el domingo.

Pero sí aprovecharé para darles las gracias a todos empezando por Carmen, mi niña, la que organizó el sarao con la ilusión que le pone a todo y esa sonrisa que te roba el corazón.

También a Yoli, Carlos, Mónica, Tania, Charly, Carmelo, Paola, Iván y Jose por venir, en especial al último, porque además de su presencia como invitado hizo entrantes, el pavo, la salsa, el postre TopChef y le faltó traer café.

No voy a ir uno por uno, por evitar agravios comparativos en público y porque lo acabo de hacer en el anterior párrafo ¿no?

Yo de mayor quiero montar fiestas como Carmen, que se trajo cocinero para la fiesta y la recogida me la comí yo porque ella curraba. Es una crack.

Una pena no tener más espacio, eramos once y aunque cabemos doce con una media de 72-75kg y 170cm, estábamos como las semillas de los muesli.

Los datos de las medias me los he inventado.

Para los entrantes Carmen hizo tostones, trozos de plátano macho machacado y frito de origen cubano, que desde que entraron en mi vida creo que soy mejor persona.
Cinco plátanos hizo... no exagero si digo que me los hubiera comido yo solito.

El segundo entrante corría a cargo de Jose, que hizo melón marinado en vino dulce envuelto en jamón y marcado en la sartén. Una delicia de versión.

Nos sentamos y echamos una ronda de agradecimientos, algunos emotivos, otros simpáticos y otros como (cito literalmente): gracias al coño de mi madre.

No todo el mundo se sabe abrir.

De primero Carmen hizo una crema de calabaza típica de la fecha para chuparse los dedos.
La acompañamos de picatostes de tres tipos, no por nada, sino porque cuando fui a la compra no supe de qué tipo coger y cogí todos.

Del pavo ni hablamos, ya visteis la foto en la entrada anterior.

Si le tengo que poner una pega diré que hubo mucho guarro que tiraba barcos en el jugo y recogía la mitad.

Aparte de la Gravy (salsa típica) que acompañaba al pavo había mazorca cocidasada que Carmelo elogió hasta la saciedad.
Qué tío, el único alimento que no llevaba proceso fue el que más ensalzaba, yo me parto con él. :_)

El postre también era de Jose, se llamaba Muerte por Chocolate y llevaba 5 texturas de chocolate negro, con leche y blanco.
Un locurote servido en una copa hecha de chocolate frío sobre crumble, acompañado de chocolate mentolado y un sirope de fresa natural.

Café, té y copas.
Sobremesa.
Desbandada generalizada y fin de fiesta.

Muy bien.

Al día siguiente Elías, compañero de Carmen en Philips, como no pudo venir a la cena vino a comer sobras de pavo.

Tras recoger la fiesta (un par de horas) aparecieron Elías y Carmen, hice tres sopa miso de sobre, tres bocatas de migas de pavo en su jugo y mazorca recalentada. Las sobras son maravillosas.
¿Quién no ama las sobras?

Carmen tenía que estudiar pero le gusta despistarse un poco con Michael Scofield y conmigo antes de hacerlo. Vimos dos capítulos.

Era el momento de su obligación y de mi devoción.

Antes de estudiar Carmen tenía que planchar algo de ropa para ella, yo le dije que lo hiciera en el salón mientras yo me echaba una partida a la PS4, que así nos hacía de calefacción... y fue en ese momento cuando apareció el invento infernal ese.

Es una plancha vertical de vapor que habíamos usado una vez.
Carmen empezó a utilizarla y aquello ya apuntaba malas maneras.
Desde el depósito de agua y su sistema, a los accesorios para usar la cabeza de vapor.

Pareció planchar dos camisas que quedaron regu y quise probar yo con cinco que tengo arrugadas.

IM-PO-SI-BLE

Esa máquina está pensada para trajes o vestidos.
Hay que ponerse un guante de tefloni...¡del material que sea ese!, ignífugo y resistente al calor, dar vueltas alrededor de la plancha vertical, como si tu salón midiera 25m², buscando los pliegues y los paños donde aplicar el vapor, despejarte las fosas nasales, encresparte el pelo, dejar los cristales de las ventanas con más condensación que follar debajo de un plástico, y tardar en una camisa lo que tardarías en 3 de forma convencional y efectiva.

A la segunda camisa abandoné, me reí, nos reímos y ventilamos el salón para compensar la condensación.
Tenemos que comprar una plancha normal.

Me fui a la PS4 de nuevo.

Me costó dios y ayuda pasarme el Capítulo 12 del Hotline Miami 2 y la música me estaba poniendo la cabeza como un bombo.

De cena Carmen me invitó a chino en casa.

Después vimos más Prison Break y a dormir.

No es una gran entrada, pero los lunes si no son BadMondays son lunes convencionales, y por norma general son aburridos ¿no? o eso dicen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario