jueves, 19 de noviembre de 2015

Hasta luego caballo

Vaya día hoy ¿eh?
¿El mío? No, el de todos, el mío luego.
Se muere Lomu a los 40, matan a chotropocientas personas más en Nigeria, se lían a tiros en Francia, Albert Rivera dice querer triplicar el sueldo del Presidente del Gobierno, le atribuyen a Putin una frase de Denzel Washington, a Ronda Rousey la han suspendido de la UFC 60 días, los conductores de Madrid confunden la señal de Límite de velocidad con la de Velocidad recomendada y han echado a Oriol de Top Chef.
Si a todo eso le sumamos que Mariló Montero lo comentará todo mañana el día de hoy termina cuando su programa lo haga.
En cuanto al mío ha empezado mal, pero porque odio despertarme tarde o por un mensaje de whatsapp enviado a deshora.
Yo me despierto solito a las 6-7 horas de haberme dormido y con lo que trasnocho es fácil despertarme cumpliendo las dos condiciones.
Aún así tengo buen despertar porque odio dormir y porque se presenta un nuevo día.
He salido de casa un poco dormido a pesar de haberme dado una ducha; una ducha alopécica, porque se me ha caído pelo como para hacerle nidos a treinta canarios.
¿Destino? la Óptica 2000 en El Corte Inglés de San Chinarro, donde trabaja Aída Labad, amiga mía y señora de Julio.
Me llamó porque llevaba tres años sin ir a revisarme la vista y cuando lo he hecho resulta que la vista la tengo de lujo gracias a ponerme gafa (por lo visto se dice así, en singular) porque ha parado en seco mi deterioro visual... pero han descubierto que la que llevo se me va a partir en un mes o dos.
Bueno, necesitaba una gafa de repuesto en el coche, con lo que la guantera herederá la que llevo ahora.
Así que he ido a elegir cual va a ser el aspecto de mi nuevos ojos y a probarme unas lentillas de uso esporádico para bucear, que es bastante más económico que graduar la máscara de buceo.
Lo de las lentillas ha sido un poco fracaso y es que no eran de mi talla porque tengo unos ojasos muy grandes; del paseo que me he dado de hora y media para probarlas por el centro comercial viendo borroso, viendo destellos, llorando, guiñando más de lo que un colibri bate las alas y demás, mejor no hablamos.
¿Positivo? que tiene solución, que he aprendido a ponerme y quitarme lentillas, que probablemente tendré las nuevas en dos días y que siempre es agradable ver lo profesional que es Aída en su curro.
Mientras estaba de paseo he recibido un whatsapp de Raúl Fervé, cómico e imitador que a día de hoy presenta el Madrid Comedy Club Rookie Night, para avisarme de a quién debo anunciar el jueves.
Entre su listado estaba Susi Caramelo, una cómica principiante que la última vez que fue invitada al Madrid Comedy Club Late Nite, con cartel, con promo y todo, no apareció... se durmió.
Una chica a la que llevo pidiendole fotos decentes para anunciarla en los shows desde hace meses sin respuesta.
Una chica que antes de dormirse y dejar tirado al público de hace dos viernes faltó a otros dos shows en los que estaba anunciada y donde había solicitado plaza.
Una chica que me dijo un día que ella era caótica y que ya la iría conociendo... lo que en mi barrio y en el vuestro se llama maleducada.
Así que le he dicho a Fervé que no la anunciaría por su bien, el del sello, el del show y el del posible público que esperara verla.
Más vale prevenir.
Al volver a casa he aprovechado para saludar y tomarme algo rápido en el Mesón Asturias (a partir de ahora me referiré a él como Casa Gerardo o Gerardo a secas) porque eran las 15:30h y tenía hambre.
Allí me he encontrado con Carmelo y su hermano Silver que me han invitado a comer con ellos.
Como siempre un placer, echaba de menos comer a grito pelao que es como hablan los dos. El volumen de sus voces está a la altura del volumen de sus corazones. Buena gente y buenos amigos.
De ahí al hogar y a echar un rato de amo de casa cuando ¡oh sorpresa! reparo en que me había salido un herpes en el labio.
Me pasa si sufro un estado de estrés alto o paso una fiebre. Procedo a tratarlo con una gasa empapada en alcohol y cinta carrocera de oreja a oreja.
Fervé me escribe... se suspende el show del jueves en Agrado Cabaret por el cumpleaños del dueño de la sala.
Tanto rollo con lo de anunciar o no anunciar a la chica esa y al final no tengo que trabajar.
He revisado Facebook y he respondido a un cateto que comparaba un belén pagado con dinero público en un estado aconfesional con una celebración en defensa de los derechos humanos como el Orgullo Gay.
No tenía que haberlo hecho. Desde que vi su ortografía y manera de expresarse debí prever que estaba tirando tiempo a la basura, pero una vez más mi creencia de que se puede educar a los demás desde la lógica hace aguas. El sujeto en cuestión demuestra que le faltan 200 años para salir de la cueva en su respuesta. Decido ignorarlo.
No me ha aportado nada positivo.
Cuando terminé me enfundé la jirafa, eché de menos a su compañera y me tiré en el sofá... se me había antojado jugar una partida de fútbol a la PS3.
España vs Bélgica.
He perdido las dos partidas.
Soy malísimo jugando al fútbol hasta en la consola.
Apago la consola y pongo la tele, sé que debo evitar ver las noticias si quiero controlar mi inteligencia emocional pero me puede la costumbre.
No ha sido muy duro, he podido con ello, pero porque he hecho trampas, he jugado a Magic 2015 en la tablet mientras las veía.
Después (y mientras escribo esto empiezo a sentirme sucio) he seguido viendo la tele, pero en Antena3, porque empezaba Top Chef y Carmen y yo somos fanses.
Como ella está en Vigo y yo en Madrid lo hemos visto y comentado por teléfono.
Son malos malos, comparados con la edición anterior no llegan al nivel ni por asomo. Los jueces echan a Oriol.
Ese chico ha perdido cualquier posibilidad de currar en un restaurante o de ganar dinero montando uno.
Dejando a un lado sus cuestionables conocimientos de cocina, España entera ha visto que está mentalmente desestabilizado y que es un antisocial.
Entre anuncio y anuncio me he curado un poco el herpes, esta vez tocaba aplicar Carmex, aunque tiene pinta de que no lo he frenado a tiempo. Éste se me está poniendo grande.
Y ya llego al final.
Como otra cosa que me han hecho en la óptica ha sido cerrar y pulirme las patillas, para ganarle el color que estaba perdido en las que llevo, me he hecho una foto mientras estaba tirado en el sofá para ver cuánto brillaban.
La foto me ha parecido una profecía: mi montura apoyada sobre la muerte.
Así que la he recortado y le da título a esta entrada.

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