Carmen se ha ido a Miami a ver a la familia.
Tengo un problema con los viajes que hace, no recuerdo el día del mes que vuelve, pero si me dice el día de la semana sí.
Es algo en lo que debo trabajar, porque la escucho con vehemencia pero ese dato se me escapa siempre.
Yo a cambio me quedo en Madrid, por economía. Pero voy a aprovechar para operarme unas verrugas, hacerme análisis, y si me animo me voy a Torrenueva, Granada, solito.
Por leer, por despejarme de casa, por bucear a precio de coña y estrenar máscara y aletas.
Ni mi hermana ni mi madre me han querido acompañar. Bueno, una porque dice tener mucho trabajo y la otra porque ha entrado en una fobia al coche terrible, hasta el punto que necesita tratamiento.
No la he convencido ni haciendo chantaje emocional.
El otro día monté en bici como prometí, y ayer también, que Jose se animó a que le hiciera una ruta por Madrid Río.
Estaba nublado y no había nadie.
Fue una gozada salvo para el culo de Jose, que ni con el sillín de Carmen que es de paseo, ancho, de silicona y muelles, estaba cómodo.
Agradezco su detalle de dedicarme dos horas haciendo algo que me gusta.
Recogí la casa y puse la tele pero caí como un cesto media hora en el sofá, sin duchar. Qué rabia.
Al despertar me duché y me preparé para ver una peli, que no vi por zascandilear con todo lo imaginable.
Solicité secuestrar a mi sobrino, pero tampoco pudo ser, estaba con su padre.
Luego me llamó para darme las gracias por una taza de Lego que le he regalado, estuvimos riendo un ratito.
No pasa nada, estoy animado, me sienta bien pedalear.
El estilo #OldSchoolFacebook que estamos usando unos amigos y yo, para reivindicar las publicaciones que hacíamos antes, está siendo un éxito, nos estamos riendo muchísimo.
La foto es de una pintada en el lateral de un edificio en el Paseo de la Florida, antes de la Avenida de Valladolid.
La hice de camino al médico digestivo, que me ha dicho que hay que volver a mirarme las tripas por dentro con una colonoscopia.
Lo malo es el laxante, lo bueno el propofol.
En la foto el punto curioso es que hay dos teléfonos para una venta, y no sé cual corresponde al odio y cual al amor.
Hoy la entrada es corta. Lucky you.
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