jueves, 7 de enero de 2016

Peanuts

Sigo con el retraso en las entradas y me resulta imposible ponerme al día.

Hoy relato el último día en Edimburgo.

Durante mi estancia en Linlithgow me entero de que estamos a escasas 6 millas de la Falkirk Wheel, una estrella de la ingeniería creada en el 2000 que une dos canales con diferentes cotas de altura.

Pido por favor que me lleven a visitarla, porque no hacía ni dos meses que había visto en Discovery Max (o Energy, no lo recuerdo) un pequeño reportaje sobre ella y me había fascinado. Tenerla tan cerca era una oportunidad única.

Los padres de Damien me comentan que de camino también están los Kelpies, dos estatuas gigantes que representan las cabezas de dos caballos mitológicos relacionados con Escocia pero que leyendo Wikipedia parecen tener origen escandinavo.
Es la primera vez que leo algo tan lioso en Wikipedia.

Aprovecho para opinar sobre la Wikipedia sin acritud.

Hay mucha gente que opina sobre la Wikipedia con frases como
1. Buah, fíate tú de la Wikipedia
2. Eso lo escribe la gente
3. Ahí escribe cualquiera

Yo no paro de hablar con amigos y conocidos que dedican muchas horas de su vida a escribir entradas falsas sobre Erasmo de Rotterdam o Brueghel el Viejo en Wikipedia para confundir al pueblo, otros escriben sobre mitología escocesa y lo hacen lioso para confundir a todos los que buscan información sobre estatuas de 30m en Falkirk, que son una gran cantidad de usuarios de internet tremendamente fáciles de engañar y que forman el 70% del total, no como los que comparten la foto del Land Rover en Facebook, que esos sí saben lo que leen.
Válgame.

En respuesta a la segunda afirmación popular diré que las enciclopedias también las escribe la gente, y los periódicos, las novelas, los prospectos de las medicinas, las publicaciones de Cabronazi...

Y sobre la tercera, efectivamente, escribe cualquiera, y es sometido a un examen por los propios usuarios que contrastan la información. En caso de existir diferencias pasan a identificar el artículo como artículo en discusión, para advertir que hay diferentes opiniones y evitar generar falsas informaciones hasta resolver dichas discusiones.
Todo hecho por voluntarios.

En casos como el artículo sobre George W. Bush ha habido más de 45.000 modificaciones.

Wikipedia mola mucho salvo algunas autobiografías (que ahora no encuentro) en las que se nota quién se ha escrito su propia entrada, por las flores que se echa encima, o artículos que no son biografías como éste, pero si estás buscando este último en Wikipedia mereces ser engañado.

Está claro que puede llevar a errores, pero eso pasa siempre que no se contrasta una información, así que creo que Wikipedia ayuda más que despista, aunque tenga fallos.

Carmen y yo pensábamos coger un taxi para ir, unos 40€ ida y vuelta, pero Andrew, el padre y patriarca del clan, se tiró el pisto y nos llevó en coche con una premisa: elegir uno de los dos destinos.

Elegimos la rueda.

¡Pues de camino se ven los Kelpies!
Como para no verlos.
Desde abajo debe ser impresionante, desde el coche pasamos a escasos 100m y se veían de lujo.

En la Falkirk Wheel hacía un frío de colgarte el moco hasta la nuez.
Es impresionante verla de cerca.
Nos reímos porque en la base había unas miniaturas (más altas que yo) de los Kelpies y nos sacamos unas fotos, con lo que nos alegramos de nuevo por haber elegido la rueda.
Tuvimos la suerte de que se puso en marcha, pero como Andrew se iba a morir si pasaba cinco minutos más allí y a nosotros nos era suficiente con visitarla y verla en movimiento un rato nos fuimos.

Justo antes grabé un vídeo de la rueda en movimiento y Andrew me dijo que era mejor si lo buscaba en Google... pero no contaba con la foto de mi nuca que atestiguaba mi presencia allí.

En una hora habíamos hecho el tour.
Nos dejamos el monumento a William Wallace para otro viaje.

Hora de recoger y tirar al aeropuerto.
Nos despedimos, dimos las gracias en todos los idiomas de la casa y nos hicimos la selfie de grupo de rigor.
Vaya anfitriones. Impresionante.

Tengo la sensación de que no se puede agradecer suficiente la experiencia.

En el aeropuerto decidí que iría a pasar los Reyes con mi familia, que no hay nada que me pueda separar de mi sobrino y que tan solo tenía que hacerme el tonto y fingir que todo estaba bien. No es tan difícil, Rajoy lo hace y ahí está.

De nuevo Easyjet sale con retraso, y no sólo con retraso, con retraso pero con todos sentados dentro del avión durante 45'.
Para amenizar la espera nos dicen por megafonía que hay un alérgico a los cacahuetes en el avión, por lo que no sólo no van a vender cacahuetes ni nada que los contenga, sino que no podemos abrir ni consumir nada nuestro que esté relacionado con ellos.

No iba a comprar nada de lo que vendían, porque esos precios son para locos, pero nunca en mi vida he tenido tantas ganas de comer cacahuetes.

Al final acabé poniéndome nervioso encerrado tanto tiempo y pasé a no querer comer cacahuetes, sino a querer tirárselos al piloto para que despegara.

En Madrid las maletas salieron por la cinta de Dublin, lo que me recordó no volver a volar con Easyjet si puedo evitarlo.
Nos recogió el gallego, que vino, y al loro al dato, ¡con un táper lleno de risoto de gambas y setas!

Empieza a ser sospechoso.

En casa abrimos una botella de vino, cenamos el arroz y por fin nos tumbamos en nuestra cama.

Buen fin de viaje, todo redondo, genial.

A las 2h de la mañana avisan a Carmen de que han ingresado a su madre en el hospital.

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