martes, 19 de enero de 2016

Hasta los huevos

Estoy activo, me lo noto, aunque no ahora, ahora estoy sentado en el sofá con la tele puesta mientras escribo.
No, no estoy viendo Telecinco, estoy viendo Me llamo Earl en Neox.
Adoro esa serie, lástima que la suspendieran porque para mí es una serie que por ley haría obligatoria, con contratos vitalicios para sus guionistas y actores.
Entretenimiento básico de por vida.
Aaaaah, se siente ¡haberlo hecho mal!

Hablando de entretenimiento básico ¿no os pasa que veis LQSA y aún sabiendo los diálogos de memoria y sin sonreir ni un poquito lo estáis pasando piruleta?

Bueno, pues eso, desde que alcancé el peligroso nivel de estrés rellenando los papeles de la oposición de Auxilio Judicial me noto animado en general.

He desempolvado mi vapeador y gracias a mi amigo Silver, que me ha regalado un porrón de líquidos, también estoy fumando menos.
Si antes fumaba unos 7-8 cigarros diarios ahora la cosa ha bajado a 4-5 y sigue bajando.

Carmen ahora parece contenta por sus coqueteos con General Electric y Philips, es porque ya ha tomado su decisión.

Eso también anima.

El otro día llevé a un amigo a los juzgados a realizar unos trámites, a Carmen al dentista, terminé unos detalles de un logo por encargo y me preparé para conseguir, por fin, recoger el colchón y el canapé que el gallego se empeña en comprar por Wallapop, para después cenar con él y Paola en su casa... pero la cosa se torció.

A Carmen además de arreglarle un pequeño empaste le quitaron una muela de urgencia y al gallego le volvieron a hacer el lío en esa aplicación del demonio, dejándole tirado.
La cena no se anuló porque para que Carmen rechace un plan de comer tienen que quitarle los incisivos, concretamente todos.

Y aún así lo pongo en duda.

Hago un inciso para comentar que durante las idas y venidas en coche iba conduciendo detrás de un Bentley Continental GT color verde, cuando de repente en dirección contraria (por su carril) se cruzó otro Bentley Continental GT color verde.
Si eres el conductor de un Bentley Continental GT color verde y te cruzas con otro Bentley Continental GT color verde te puede parecer guay, pero si no lo eres sino que eres el testigo de ese suceso es aún más guay y te preguntas por las probabilidades que hay de que eso suceda.

Si he dicho mucho Bentley Continental GT color verde es porque es el único modelo de Bentley que conozco y quiero que quede claro.

Bentley Continental GT color verde.

Lo pasamos bien y todo estaba muy rico.

De aperitivo dos huevos de pato fermentados, los de la foto.

Huele a huevo duro bañado en cabrales, pero el sabor es el de un queso azul en crema.
Recomendamos añadir salsa de soja, y aunque su aspecto sea lamentable de verdad que es un manjar.

Ensalada de medusa y algas, de segundo magret de pato con shiitakes y una cata extra de pato confitado.

Tras la cena hablamos de cine, pero Carmen se bloquea en esas charlas.
No recuerda nombres de actores, ni sagas, ni directores, ni los años en que se estrenaron, nada, esos datos no van con ella. Curioso.

Supongo que en 15 años será un detalle odioso, pero ahora me parece adorable. <3

El fin de semana fuimos a la óptica de Aída a por mis cristales nuevos, pero de nuevo era más de lo mismo, me pareció desesperante.
Al final me he quedado los cristales para no quitármelos en mes y medio, si no me acostumbro a los destellos azules que veo los devuelvo y me quedo la montura nada más.
Aída ha hecho todo lo que estaba en su mano, no se le puede pedir más a la pobre.

Aprovechando que estábamos en El Corte Inglés buscamos un regalo para el cumpleaños de mi madre pero no vimos nada, no porque no lo hubiera, sino porque no tengo ni pajolera idea de qué comprar. No conozco a mi madre en ese punto, me apunto un -20 en buen hijo.

Todo este estrés del primer mundo se me juntó con algo de lo acumulado tras la vuelta de Escocia, que me llevó a mostrarme muy malhumorado y Carmen y yo acabamos discutiendo por un malentendido.
Cachis.

Me quejaba por no tener tiempo libre de calidad y acabé perdiendo la tarde entera también por falta de inteligencia emocional, una vez más la puñetera inteligencia emocional.

Hace unos seis meses que no discutíamos y aunque lo solucionamos relativamente rápido creo que vino bien, lo comparé con pinchar una ampolla para que la cosa no fuera a peor.

Tengo que seguir aprendiendo de Carmen y su pichuttitude.

El domingo fuimos a comer a casa de mi madre por su cumple.
Lo mejor de la comida fue la compañía porque el bacalao con tomate se había caído en unas salinas.
Es broma, comimos bien... pero lo del bacalao lo digo en serio.

Desgraciadamente desde que mi hermana es diputada sólo se habla de política en las reuniones familiares y ya estoy muy aburrido del tema, es muy cansino.
Si a eso le añades que se cojea mucho del lado derecho y que parecen leer sólo una versión de las noticias aburre aún más.

Mis tíos nos regalaron una báscula de cocina muy chula por Reyes.
¡Ya tenemos dos!
La nueva es más bonita.

Al irnos mi sobrino Noel me hizo el clásico no te vayas con koala de pierna incluído, Carmen insistía en hacerle gracietas pero Noel sólo tenía ojitos para mí.

Carmen recibió un pequeño escupitajo en el corazoncito.

Nada que no arregle el próximo día con una partida a la consola o haciendo pizza con él en nuestra casa.

Ya en casa disfrutamos del sofá en el que estoy ahora, y a mi pesar vimos Gran Hermano VIP...
Lo malo es que disfruto mirando el móvil mientras esos frikis hacen su circo.

Momo, el libro que tengo en la mesilla, llora un poco cada noche.

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