jueves, 14 de julio de 2016

Sonría, por favor

- No estoy mayor, estas arrugas de expresion son de reírme.
- Pues tienes pinta de llevar riéndote 40 años.

Probaré suerte en Twitter con ese chiste que mi ociosa cabeza os brinda.
Los tengo peores.

No desayuné ayer.
Fui desde la cama (escribiendo el blog) a la playa.
No había nadie, el día pintaba regulero, el mar picado con levante fuertecito y me puse a leer al sol de las 9:30h.

Ya sabéis cómo se las gasta el culturista-cultureta-blanco como la leche, aumenté las repeticiones de los fondos y las series entre capítulo y capítulo del libro.

Hasta que levanté la cabeza y a escasos 15m había un Pepito Piscinas como un cruasán de fuerte, moreno, armado de músculos, en sus 40 y pico largos, mirando mi rutina... me sentí desnudito, blanquito y desnudito.

Seguí leyendo, pero no volví a forzar un músculo, por si Mazinger me juzgaba.

Cuando empecé a despistarme en la lectura me di un paseo para reservar inmersión en el centro de buceo.

De camino coincidí con Nuria, una niña de la pandilla de cuando éramos pequeños, una niña de 34 años hoy.
Me reconoció ella.
Casualmente venía de apuntarse a un bautismo en el mismo centro de buceo al que yo iba.

Quedamos en tomar café un día de estos.

Reservé inmersión, me bañé en la piscina, aperitiveé, tomé pulpo seco y me fui a echar una siesta.

Cuando aperitiveé pasó algo que me pareció absolutamente genial.
La dueña me dijo:

- Tranquilo, ahora lo soluciono.

Yo no sabía de qué hablaba, cogió cinta aislante y una servilleta, preparó un parche de un palmo y se fue... al rato apareció en un cristal de la puerta de entrada, y estudiando la incidencia del sol en el parabrisas de un coche aparcado plantó el parche para evitar los reflejos solares en mi cara.

¡Yo ni lo había notado!
Los pequeños detalles crean la excelencia.

Desperté pronto de la siesta porque la eché pronto, aunque fueron casi dos horas, y me fui a la playa a seguir leyendo.

Anita me llamó por teléfono y estuve paseando por la feria que han plantado aquí en la playa del pueblo mientras hablaba con ella.

Colgué, busqué mi hueco en la playa, porque el de la vida no lo encuentro, y seguí leyendo.

Esta vez en lugar de Pepito Piscinas estaba un grupo de adolescentes a las que las hormonas del pollo habían dotado de tetas gordas.
Era inevitable fijarse.

Una de ellas gritaba mucho, hablaban de política:

- En España no hay corrupción por culpa de los políticos, hay corrupción por culpa de los españoles, que somos así.

Amén.

Terminé el libro que me regalo mi tío en su momento y me volví a la piscina, estaba asado y no me apetecía meterme en el mar dejando mis cosas entre tanta gente.

El libro cojonudo por cierto, una maravilla.

Así hago yo las críticas literarias.
Nunca me había leído un libro en un día. Mola.

Me fui a casa, me duché y me puse pretty pero abrigado porque el levante seguía zuzando, bajé a ver el atardecer con una cerveza y un nuevo libro: El arte de no amargarse la vida.

Me lo trajo Sonia, así encajaré las cosas mejor, pero de momento el libro parece ayudarme a entender la situación de Carmen.
Dos pajaros de un tiro.

Lo he forrado con publicidad de unos cerramientos en carpintería de aluminio.

¿Que por qué? ¿En serio?
¡El título puede estropear aún más la imagen del culturista-cultureta-blanco como la leche!

- Pobre chico, se notaba que muy bien no anda.

¡LÓGICO!

Mi Whatsapp rebosaba mensajes pero no me apetecía pegar la cabeza en el móvil hasta responder a todos, así que los dejé para hoy.
Casi todo el mundo es muy agradable pero no tenía ganas, llevaba el día emocionalmente controlado y no quería estropearlo.

Se fue el sol y me fui a cenar al mismo restaurante de los detalles excelentes.

En el restaurante ya me hacen bromas, me reservan sitio, me llaman por mi nombre y me cuentan sus cosas.
Hay un camarero que hizo electrónica y la dueña tiene dos críos. Uno no la (¿le?) deja dormir.

Chirlas y salmonete plancha sin abrir.
Exquisiteces.

A dormir, que mañana hay buceo y quiero salir a correr antes.

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A las 6:40h han decidido romperles los tímpanos a los perros y despertar a las personas con cohetazos cada minuto, o dos.

En serio, un bombardeo. Este pueblo es tan orgulloso que olvida que vive de las vacaciones de los demás, así que les importa tres cojones si hay perretes, niños, o jóvenos como yo durmiendo.

Me la bufa, tenía el despertador a las 7h.

Me he ido a correr y al kilometro y medio, en menos de 10', casi me muero.
Parón y media vuelta.

¿Veinte minutos corriendo a las 7h de la mañana? Not bad... para un tipo como yo.

Me he dado una ducha fría, porque mi calentador no funciona, y me he ido a desayunar con la banda del pueblo interpretando el supercalifragilisticoespialidoso.

Parece todo una broma de cámara oculta, con bastante gracia diría.

En el centro de buceo éramos seis.
Mi divemaster habitual me ha plantado una botella de 15 litros en lugar de 12, porque el resto tiene curriculum y casi no consumen aire bajo el agua, dice.

Ha sonado a: toma anda, aire de sobra, que capaz eres de quedarte sin aire y joderle la inmersión al resto.

La inmersión ha sido brutal, 66' bajo el mar y con una vida espectacular a pesar de una visibilidad regulera, meros, petos, barracudas, congrios, cangrejos, castañuelas, sargos, jureles, vaquitas suizas, nudibranquios, dentones, loros, estrellas, me ha sobrado muchísimo aire aun llevando botella de 15 litros y mayor lastre, he notado mi trim perfecto, el compañero era excelente, el divemaster más y he llegado a bucear vertical sin moverme aprovechando una corriente.

Mi compañero iba con camarón de fotos y me ha hecho un reportaje, yo a cambio le he roto la linterna.
Ha sido un accidente, pero se la he roto.

Así doy yo las gracias.

Por cierto, las fiestas del pueblo son las de la Virgen del Carmen.

Lo que te digo, una cámara oculta todo.

Voy a comerme un plátanERVEZA.

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