sábado, 21 de mayo de 2016

En la brecha

Pues nada, ya tengo curro.

Viendo el caos que reina en la empresa y su locura de organigrama veremos lo que duro dentro.

Por mi parte no van a faltar esfuerzos porque es lo suyo, porque se lo debo a Óscar que me ha ofrecido el puesto, porque por encima de eso a su mujer Sonia, mi amiga, que me propuso para el curro y porque tengo bocas que callar.

Las oficinas en las que he empezado no son normales.
De primeras porque era teletrabajo y no se parecen a mi casa, y de segundas porque más que unas oficinas parecen un parador de Ávila.

Molan tanto que lo del teletrabajo ha quedado en segundo plano.
No quiero colgar fotos aún, es pronto e indiscreto, pero lo de esas instalaciones es digno de ver.
Están a medio camino entre hortera y chulo.

En la vorágine del arranque he perdido la noción del tiempo y de la sociabilidad.
Entiendo que se me puede disculpar, pero es que he llegado a tardar 3 días en devolver una llamada.

De hecho en 3 días he hecho más de lo que pone en el contrato que debo cumplir semanalmente.

Es gracioso que cuando te echas pareja salen hordas de amantes de debajo de las piedras reclamando tus favores, y tú te preguntas por qué no aparecieron antes ¿no? ¿o sólo me pasa a mí?
Es broma, nos pasa a todos en mayor o menor escala.

Comento esto porque debido al trabajo he dejado de escribir el blog, de responder los whatsapps, los telegrams, las llamadas, no he organizado bien mi tiempo social y para remate me escriben mi antigua amiga y fisioterapeuta para retomar contacto, otra antigua cliente y amiga para incorporarse de nuevo a mi vida, y me encuentro con mi excuñado en el barrio, que acaba de dejar de ser mi excuñado porque se ha separado y podemos volver a ser amigos.

Beatriz, César y María, pobres, espero que lo escueto de mis respuestas ante su retorno no haya sido malinterpretado, porque me ha hecho ilusión su regreso.

A los tres les retiré la Facebook Friendship en su momento.

A María le pedí amistad según me escribió y paro ahora mismo de escribir la entrada para hacer lo mismo con el resto.
Qué manera de entrar en nuestras vidas ha tenido Facebook eh... ahora me va a dar de comer.
Fíjate.

Social Media & Content Manager en Marketing Solidario.

Suena debuti, pero a efectos reales soy un Pinchafacebook.

Mi amigo Julio me dijo el otro día:

- Así que lo de hacer el tonto en Facebook durante años al final te va a servir de algo...

Qué salao.
A ver quién le dice ahora que también hice el tonto en Twitter.

El corazón me sigue fallando.
Desde el 11 de mayo no ha parado de molestarme y está claro que si no voy al cardiólogo no voy a saber por qué, aunque lo asocie a nerviosismo.

Es que es muy bruto.

Carmen se apoyó un rato en mi pecho el otro día y al rato me quería llevar de urgencia al hospital.

Me negué.

Luego la hice asumir mi inminente muerte por parada cardíaca y dándole la clave de mi banco, por si las moscas, la ofendí lo suficiente hasta que pasó de mí.

No me apetecía ir al hospital chico.
Es de cajón.
Lo último que te apetece si estás mal es que te puteen... aunque el procedimiento sea ese.

Ayer fui a la Terraza Atenas al salir del curro y me trajeron un gin tonic de 11€ ya servido.
Cuando le pregunté al camarero me dijo que los gin tonic en mesa ya salen servidos de barra.
Carmen y Elías me comentaron después que además habían visto entrar en la parte trasera de la barra una rata como un gato.

A mí ya me han visto el pelo y espero que a los que leais esto también.

Hemos empezado Breaking Bad, aunque para mí sea la segunda vez sigue siendo flipante y Carmen está encantada... parece.
Si alguien le suelta un spoiler puedo ordenar un Código Rojo.

La foto es de un reto.
El suelo de la cocina se nos ha roto hace un mes, yo me he comprometido a arreglarlo para que el casero no se enfade y para que Carmen no se corte un pie, al estilo Taj Mahal.

Dije que iba a arreglarlo y estoy seguro que va para largo, así que recordad la fecha de hoy, sumadle un mes y ya hablaremos.

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