martes, 21 de junio de 2016

Cinco días

Hace un añito me tuvieron ingresado por una sigmoiditis, una inflamación del colon.

Lo pasé fatal, hasta que me ingresaron fue muy incómodo y luego dentro sufrí unos dolores de cabeza tan fuertes que hasta tuvieron que hacerme un escáner de cráneo.

Carmen como experta está indignada con aquello porque cree que me sobraba toda esa radiación y está 100% segura de que no voy a mutar a superhéroe... es una aguafiestas.

Es cierto, con haberme dado un analgésico más fuerte lo hubiéramos evitado, pero siempre he querido dominar la telequinesis. 

Este cuento del pollito es para contar que durante aquel ingreso Carmen me compró un pantalón corto de tela de camiseta, en HyM, para que mi estancia en el hospital fuera cómoda y puedo decir que es mi pantalón favorito.

Con ese pantalón y una camiseta negra quedé el jueves pasado con Carmelo, que apareció con la misma indumentaria salvo por las zapatillas, él azules y yo rojas. Para nosotros (y el camarero) fue supergracioso porque hacía tiempo que no hacíamos el ridículo ¡sin querer!

Nos sacamos una foto cargada de ego social.

Carmelo apostó 65 likes. Yo 35. Consideramos que ganó él una vez superados los 50.

El día que tenía que recoger a Carmen del aeropuerto me pasé a recoger una compra que había hecho en Asturias y a comer pocopollo con Julio, en su casa. Está usando las necromuletas porque le operaron la rodilla y como no lo puedo evitar lo pasé fenomenal.

Pollo a la brasa, patatas asadas, Gamoneu del valle y del puerto traidos por mi amiga Ana, y una salsa de mostaza picante de habaneros que, siendo yo experto en picantes, me hizo pupita.
Tiene mi sello de picante aprobado.

Era el nivel picante 4 de 7.
No quiero imaginar el más alto.

Luego llegaron su mujer Aída y su hijo Hugo, de casi 3 años, que decidió en un descuido meterle el móvil en un barreño con agua y golpearlo repetidas veces contra el fondo.

Tras el susto, el secado y un reinicio en falso del sistema operativo Android pudimos recuperar el móvil.

Antes de irme me probé la compra, unas chanclas Screaming Hand de Santa Cruz que me había traído Cris, la hermana de Aída, desde la tienda Suellen Meski de su chico en Oviedo. Decidimos que unas chanclas también deben cubrir el talón y desgraciadamente hay que devolverlas. Mala suerte.

Carmen llegó de Alemania y mientras la esperaba con el coche, que por fin parezco controlar, me crucé con Fernando López Aguilar. Me pareció que estaba hecho polvo.

La llegada de Carmen tenía poco de germana, era más africana, etíope incluso.

Viene con la dieta metida en la corteza frontal ventrolateral y auguro una bajada de peso familiar, que por otro lado nos hace falta.
Me va a traer por la calle de la amargura hasta que me acostumbre.

El Madrid Comedy Club, Jorge Segura concretamente, vuelve a reclamar mis servicios de diseño y Media para un evento, en el Realcafé Bernabéu una vez al mes. El trabajito ha quedado bien chulo y espero que vaya muy bien, salvo que aún queda la promoción y estoy seguro que me facilitarán el resto de datos a escasos 3 días del show.
Este es uno de los motivos junto con la escasez económica que me producen rechazo, y por más que le digo que no quiero volver a la comedia insiste.

La ausencia de Carmen ha sido ligera gracias al E3, la feria del videojuego más importante del mundo.
Es en Los Ángeles y las marcas van a presentar sus propuestas anuales en un despliegue de flipar.

Este año las he visto online, a través de Facebook Live, Twitch y Youtube.

¿Veis? Para esto sí es útil el Live Video en general, no para verme doblar sábanas.

En 3 días he dormido cuando he podido, y no me ha dolido, viendo las conferencias de Bethesda, Microsoft, Sony y Ubisoft.

ES-PEC-TA-CU-LAR.

Aunque los videojuegos no sean tu pasión es digno de ver, sobre todo las de Sony y Ubisoft.

Carmen me preguntaba si la echaba de menos en su ausencia y yo tenía que ser sincero, durante 3 días no, y no tiene nada de malo 😂🎮

De la lucha libre del sábado no voy a hablar, que se me alarga la entrada.

No estoy escribiendo aquí por culpa de Breaking Bad, que terminaremos entre hoy y mañana.

La foto es de unas almendras que hace 4 años guardo en una bolsa.

Me las regaló un cliente peculiar de la Discoteca Gres al que aún aprecio mucho, Rafael Cano, las recogió de su finca para mí.

Puedo decir que estaban buenas aún, pero estuve a un tris de pedirle a Carmen que comprara otros pantalones de tela de camiseta.

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